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NOS DEJA HUÉRFANOS

NOS DEJA HUÉRFANOS

En memoria de Francisco Barros, Patrón Mayor de la Cofradía de Motril

 

“Yo soy de la parte social” decía con esa naturalidad de entender que en el argot pesquero quería decir que venia de la parte de los marineros, y no de la parte patronal o armadora; porque Francisco Barros Jodar ha sido (que pena produce hablar de él ya en pasado) uno de los pocos Patrones Mayores que ha estado en este cargo con el orgullo de ser de la parte Trabajadora. Hoy, por una infame bacteria que ha sido capaz de vencerle lo que no pudo hacer el cáncer, nos hemos quedado sin él.

Hablar de Paco Barros es hablar de una persona magnífica y con una serie de virtudes, entre las que destacaba la de ser una persona carismática, pero no en el sentido de una gran puesta en escena o un gran don de palabra, sino carismática en el sentido que ir por su varadero natal o por Motril como va un Jefe de Estado, saludando a unos y otros y escuchando sus problemas, haciendo de cualquier paseo con él, una maratón de saludos. Carismática en el sentido de poder gastar las pilas de un móvil intentando hacer cuantas gestiones fuesen necesarias para poder levantar una sanción a un pesquero porque la consideraba injusta, y carismática cuando pedía que lo pusieran con el mismísimo Chaves cuando en Sevilla le daban largas con algún problema de su querido sector pesquero.

No era menos otra de sus virtudes que la de no ser una persona ambiciosa en el terreno económico (tan de moda en estos días) por lo que por ese flanco nunca se le podía atacar y menos aun intentar buscar algún arreglo por el camino de “con un chorreón está resuelto”. Siempre comentaba de manera satisfecha que gracias a Dios -y como estaba de mal económicamente la Cofradía- su salario no salía de las arcas, sino del Sindicato.

 

También era (otra vez en pasado…que desconsuelo) una persona honesta en el sentido que lo tenia muy claro por lo que luchaba y vivía. Muchos de nosotros podríamos darnos con canto si lo tuviésemos tan claro como Paco.

Y además de todo eso, era un buen amigo mío. Empezamos casi a la misma vez en el tema de luchar por sacar del sector pesquero de su marginalidad y hacerlo moderno y competitivo. Proyectos, ilusiones, fracasos, cafés, reuniones, calentones, échame una mano por aquí, habla con tu Jefes para esta ayuda, Paco no debes ir por ahí, Rafa vente a tomar un café al Cabrera que te tengo que contar…cuantas cosas!!. Al final uno empieza a nivel profesional y acaba con una amistad y cariño mutuo.

Por ello debemos, los que nos hemos quedado en “tierra”, continuar con su legado y pedirle a nuestras patrona la Virgen del Carmen que lo tenga a su lado. Yo solo espero que algún día pueda tomarme el café de la mañana sin esta tristeza y melancolía que embarga hoy mi corazón.

Rafael Jiménez Álvarez

 

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